La Vanguardia, Domingo 25 de agosto de 2019. Blanca Gispert.
Josep Maria Gascón soñaba con ser una estrella del rock, pero la vida da muchas vueltas y acabó siendo un prestigioso abogado, ahora al frente de la consultora Vitaes Talent.
Gascón nació en Amer en 1974 y se crió en una familia cercana al mundo de la empresa: su padre era un alto directivo de los laboratorios veterinarios Hipra, donde había empezado a trabajar desde las posiciones más humildes. Quizás por esta historia de superación profesional, cuando en casa dijo que quería ser el guitarrista de una banda de rock catalán que había formado con sus amigos, enseguida le quitaron la idea de la cabeza. Gascón se decantó por Derecho. En principio, no quería irse de Amer ni tampoco de Girona (a la que siempre se ha sentido muy vinculado) pero el modelo americano de la UPF lo cautivó. Se mudó a Barcelona y no volvió. Tras graduarse, estudió un MBA en Esade y fichó por el bufete Cuatrecasas, donde trabajó en la especialidad de fiscal durante ocho años. Sin buscarlo demasiado, en el 2004 se le presentó una oferta laboral a la que no supo renunciar: se convirtió en el director fiscal en España y Portugal de Solvay, una multinacional belga del sector de la química. Tres años más tarde, la compañía le propuso mudarse a Bruselas e hizo las maletas junto a su mujer, también abogada, y sus dos hijos de corta edad.
Dentro de Solvay, Gascón escaló posiciones. En el 2008, se convirtió en gestor general de asuntos fiscales del grupo. Su proyección internacional le hizo ganar el premio 40 Under Forty, como uno de los 40 abogados más jóvenes de España y Portugal. El reconocimiento le dio visibilidad y un año más tarde, en el 2012, la Generalitat le nombró Business Ambassador. También la asociación europea Friends of Europe le distinguió como European Young Lea-der en el 2013 y el 2014. En esta asociación trabajó para visibilizar el papel de la mujer en la empresa.
En Solvay, Gascón también ganó proyección. En el 2013, la empresa le financió un MBA en la escuela francesa Insead y al volver a Bruselas, fue nombrado jefe de excelencia financiera y miembro del Comité Mundial de Dirección Financiera. “Era un momento delicado. Solvay había absorbido a la francesa Rhodia y el proceso de integración era complejo. Me encargaron la gestión de equipos y puse en marcha el plan From Good to Great para mejorar la eficiencia y motivación del personal”. Quizás este lema resuma la dimensión más humana que tiene Gascón en la empresa. “De joven, tuve que pasar un año en el hospital debido a un accidente de tráfico y allí aprendí mucho de empatía y comportamiento humano. Cambié como persona y lo he llevado siempre conmigo”.
Como hombre de confianza, Solvay le propuso mudarse a Corea del Sur . Pero Gascón renunció y decidió volver a Catalunya. “Los valores más importantes en la vida son la mentalidad abierta y el sentimiento de pertenencia a un lugar. La familia ya tenía lo primero, había vivido muchos años fuera, y otra mudanza hubiera mermado el sentimiento de arraigo. Así que regresamos a Barcelona”.
En el 2016, Gascón fichó como director de estrategia de Acció, la agencia de la competividad de la Generalitat. En el 2017, dio el salto al mundo corporativo y se convirtió en socio de la auditora y consultora Grant Thronton. Compatibilizó el cargo con la presidencia del World Chemical Summit, hasta que decidió montar por su cuenta una consultora estratégica un año más tarde. Junto a su socio Jordi Aspa, trabajan para pymes y start-ups catalanas que necesitan profesionalizarse y cohesionar equipos de dirección. Está en el consejo del fondo biotech Asabys y de otras empresas del sector.
Cerca de los suyos, Gascón también da clases en la escuela de negocios GBSB, imparte conferencias y escribe artículos. Tampoco ha abandonado su faceta más artística. De joven escribió un libro de poesías (cuyo prólogo y edición es del expresidente Carles Puigdemont) y nunca ha dejado de tocar la guitarra eléctrica. De hecho, aun protagoniza algún bolo por Barcelona.
El abogado ha pasado por altos cargos de dirección y acaba de fundar una consultora estratégica